En nuestra pequeña experiencia en este mundo siempre hemos buscado un camino. Es un camino de ida y vuelta que hay que buscar desde dentro y que, con frecuencia, es fácil perder.
En una pareja perderse en el camino siempre supone dolor e insatisfacción para alguno o para ambos.
En buena medida dependen de este camino muchas cosas que van desde la forma de abordar a quien conoces, pasando por el disfrute de las relaciones que se establecen y se mantienen hasta las oportunidades que te brinda este mundo magnífico de compañeros de viaje y aventuras sin territorio.
A ese camino nosotros le llamamos Autenticidad.
La sinceridad en la pareja es fundamental para conseguir despejar las incógnitas que resuelven la ecuación que nos lleva a esta palabra mágica. Que nos gusta, que deseamos, que nos ha gustado o en que momento nos hemos sentido disgustados,….
Nuestros diálogos y reflexiones nos ayudan a mejorar esos aspectos que te llevan a integrar el binomio de una forma tal que la pareja se pueda desenvolver, como uno solo, en esa perfecta integración donde sobran las palabras, los acuerdos, los gestos y todo fluye y surge de una forma tan natural que apenas si pudieras distinguir las voluntades.
La Veracidad, al tiempo, es la capacidad de sentir y expresar individualmente las pasiones, gustos y deseos si necesidad de renunciar a nada ni prescindir de ti mismo, la capacidad de disfrutar del disfrute del otro tanto como del tuyo propio más allá del ”morbo”, horrenda la palabra, mejor estímulo, que te pueda producir personal e individualmente, sentir como uno mismo sin utilizar al otro como vehículo de nuestro propio disfrute.
La ecuación se resuelve en si misma SINCERIDAD + VERACIDAD = AUTENTICIDAD
Esa autenticidad es, al cabo, lo que transmites y das a los demás y lo que siempre buscamos en una relación cómplice.
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