jueves, 11 de octubre de 2012

Primera regla, La Confianza


CONFIANZA

(a HyG y AlexyMar)

Se que esto es una opinión muy personal sobre las relaciones en este mundo , pero , en definitiva, este no es sino nuestro diario y se basa en nuestras experiencias y cómo lo vivimos.

Hay otras muchas parejas que no tiene por qué vivirlo de igual manera. Sus planteamiento pueden muy bien desenvolverse por otros cauces y disfrutar plenamente en base a otros planteamientos. No es que lo imaginemos , es que lo sabemos y nos parece maravilloso.

Este es un mundo en que , precisamente, la libertad para vivirlo cada uno en sus formas y criterios y el respeto a cada forma de vivirlo y de entenderlo es casi un imperativo.

Pero, como decíamos en un post anterior...

Hemos aprendido, entre otras cosas, que existen unas bases importantes para desenvolverse bien en este “juego” a las cuales nunca se debe renunciar y que, en un escueto resumen, podemos definir como:

Confianza:entre nosotros y para a los demás. Es la base para sentirse a gusto y hacer sentirse a gusto a aquellos con los que te relacionas. Confianza para que sean ellos mismos, para acertar o equivocarse pero nunca dejar de aventurarse, para expresarte con libertad a la hora de sugerir o limitar…“


La confianza no se pide, no se impone ni tan siquiera se nombra.

Si acaso se construye, quizás, pero nunca a base de limitaciones y reglas sino sólidamente apoyada en los cimientos del respeto, el conocimiento y el amor.

La confianza es, para nosotros,el pilar fundamental para poder desenvolvernos en este mundo como pareja y poder disfrutarlo en toda su plenitud.

Sin ella, en su máxima acepción, nos sería imposible aventurarnos en nuestras relaciones con terceros ya que , difícilmente, podríamos sobrevivir a nuestra propia relación.

Pero cuando hablo de confianza no lo hago acerca de aquella confianza que conoce todas las respuestas. En ese caso no estaríamos hablando de confianza sino de su ausencia por innecesaria.

Me refiero más bien a esa confianza que te permite saltar al vacío sabiendo que allí la encontrarás a ella o a él.

Esa confianza que te hace saber y sentir que todo esta bien y en paz y que te hace empujar a tu pareja en aquello que desea pero en lo que no se atreve a avanzar por prudencia y que de la misma forma recibes como impulso de ella.

Sin ese tipo de confianza no creo que hubiésemos aguantado dos días en este mundo y , posiblemente, sin ese tipo de confianza no nos hubiese merecido la pena participar en el.

Cuando gozamos y nos entregamos nos resulta imposible andar mirando por el espejo retrovisor. Si tuviésemos que hacerlo seguro que ninguno de los dos disfrutaría plenamente.

Tampoco nos es posible pactar reglas ni límites porque en los momentos de pasión nadie saca un código legal para saber a que atenerse al igual que no sacamos el kamasutra para decidir que posición tomar en ese lance del amor.

En nuestra forma de ser y desarrollar nuestras relaciones con la gente vivimos sin reglas y sin límites lo cual, evidentemente, es la única forma de vivirlas sin reproches y sin silencios.

Nosotros contamos con esa confianza. Eso es lo que nos damos y lo que entregamos y, a veces, cuando conseguimos relacionarnos con parejas y gentes que están dispuestos a recibirnos y entregar lo mismo, todo se funde en uno y es perfecto.

¿Eres tú?